jueves, 3 de febrero de 2011

Ja!


Dame sólo un minuto para respirar y podré imaginar lo que te lleva a actuar así. Humillaciones van y vienen cual péndulo en su barco, simples desconocidos en la oscuridad del sol y perfectos extraños en el flujo de la luna.

Clavas palabras que rebotan en el umbral del silencio y recorren sin pasión canales obstruidos, siento en el alma el peso del rencor y la insatisfacción de percibir tus cambios. Susurro en el húmedo invierno de tu piel para hallar algo de ternura y así lograr detener tu insólita manía de querer conquistar espacios ajenos, destrozándolos para poder construir nuevamente.

Te miro y pienso en lástima, alegría y amor, pero sin reproches doy vuelta mi cabeza para observar mi futuro, que sin duda alguna no es parte del tuyo. Pierdes por ganar, ganas a costa de sufrimiento sin importar el ser al cuál decías amar. Reconozco errores y perdono lamentos en vano y con sinceridad uno letras para expresar mi alivio al ver en mi, una mejor persona. Después del tiempo, recordaremos momentos que marcaron lo que llamamos historia y reirás al ver que aquella carga, pudo ser más valiosa que tus propios labios. Sueña.

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