domingo, 10 de enero de 2010

Time


Es extraña la manera de pensar del humano en general, uno siempre tiende a reconocer como debido lo que es conveniente y no lo que satisfaga en todo sentido. Hay tantas cosas que no entiendo ni quiero entender, demasiadas diría yo. Derrochamos ideas, idealizamos demasiado sin lograr ninguna respuesta. Que rara es la gente, aparenta entender, aceptar sin prejuicios, adaptarse a una realidad que el mundo se encarga de representar.

Si tan solo pudiera comprender todo lo que pasa por mi cabeza, si pudiera de verdad saber que es lo que siento en este momento, son tantas cosas!, temor, rabia, pena, celos, percibo que estoy en una montaña de incertidumbres incontrolable. Por qué diablos siento que las personas me fallan, y yo a ellas, por qué presiento que todo se está derrumbando. Extraño tantas cosas, necesito de todo y de todos, incluso de aquellos que nunca en mi vida esperé necesitar. Los besos bajo la lluvia, las caricias por la mañana, esa mirada deslumbrante que sin intención alguna exigía de mi cosas claves que me hacían mejor persona, esa que tantas veces me puso en el lugar que me correspondía para que no cayera en delirios heroicos, esa que me derretía y me hacia creer por instantes en que era de verdad única, esa que con el tiempo se olvidó para ser de otra.

Quiero gritar hasta no poder más, quiero poder mostrarme como soy sin miedo al rechazo, quiero sentir aprecio por lo que pienso, no por lo que hago. Tiempo, eso es lo que anhelo en este preciso momento. Tiempo.