martes, 26 de julio de 2011


La vida entorpece el derecho a descansar de vez en cuando, sentir, mirar, oler, coger e inhalar sin el pesar de los minutos se vuelve insostenible. Abrir los ojos, delimitar el camino, corroer el temor… si supieras.

Sostengo tu mano por minutos y veo caer el futuro entre la hiedra, cuando siento tiritar tus párpados húmedos por el rose de la duda, cuando lamentas sin palabras el querer poseer lo inexistente, tus rumbos sin siluetas se marcan con tinta en el presente y eso… eso es lo que importa.

Sábados tortuosos mezclados con semanas de tres noches, rubios oscurecidos con un toque de naranja, rápidos pasos de tortuga sombrean la arena en pleno atardecer. Alguien puede transmitir lo que acabo de escribir? Ni yo lo entiendo.

Han pasado 5 minutos desde que decidí perder la senda, como deseo en silencio morir de a poco, agonizar y deslumbrar el cielo con mi presencia, aunque sería más relvante si creyera en ello.

-Hey! Por qué lloras?

- No lo sé…

- Qué no sabes?

- por qué lloro…

- Tú no lloras, sonríes.

- Con los ojos?

- Tal vez. Mejor llora.



Mal.