martes, 17 de agosto de 2010

*-*


Hoy medito en el recuerdo de esos ojos, tan profundos como el momento en que lo conocí. Tímidas insinuaciones, miradas que marcaron sensaciones, aquellas que sólo olvidaban razones.

Cómo explicar algo que simplemente no tiene explicación? Sin sentido alguno me detengo por un momento a pensar en tus labios, en esa extraña manera que tienes de decirme “te extraño”, en cómo entrar a ese mundo que propones, en cómo hacerte feliz. Tengo miedo sabes?, miedo de mi cuando estoy junto a ti, miedo a sentir más que a pensar… Miedo a tenerte, ahí… para mí.

La noche es tan corta si tú faltas, mis instintos decaen y sólo me despedazo entre luciérnagas rojas, hojas rotas y pinceles desteñidos. Necesito confundirme con un beso, sentir tu presencia, tu calor… ese que me alimenta de inspiraciones inigualables, ese que hace vibrar mis caderas, aquel que me seduce sutilmente.

Respiros serenos se tornan silencio, latidos precipitados envuelven amargura y soledad, manos ajustadas a tus oídos… a los míos. Esta noche, sólo permite deslumbrarme de eso que me tiene encantada.

Simplemente te adoro.