domingo, 29 de enero de 2012


Revoltijos de ansiedad que secuestran la paz de este hogar dañado, pasan los minutos y miro desesperada por el umbral de mi ventana buscando señales que me digan qué hacer. Ya no hay tiempo digo sin mirar atrás sabiendo que a mis espaldas mi enemigo asecha.

En su silueta se distinguen alas, un especie de ángel… resulta algo extraño que un ángel cause tanta angustia, pero decidida seguí mi camino sin más preámbulo. A medida que avanzaba algunos metros, aquella sombra rodeaba aun mi camino, pero ahora sus alas se movían intentando espantar lo poco de tranquilidad que quedaba en mí. Corro… corro tan rápido como no lo había hecho nunca, ya perturbada y al límite de la psicosis; mientras miro las piedras de este sendero estrecho llamado vida, recuerdo el crecer y a quienes acompañaban mis pasos, quienes día a día lograban formar un puente por el cual caminar sin caer en el abismo. [Toda mi vida he vivido al borde de los que muchos pueden llamar locura, he descubierto que soy muy buena actriz, logré sentirme superior manipulando mentes y desechándolas… El amor me convirtió en amante y la soledad en pasión, al pasar los años me hice más fuerte, pero mi esencia no cambió… amé infinitamente y pues ese fue el problema. Dedico mi existencia a quienes hicieron de ella el mejor regalo, a quienes compartieron mis triunfos y derrotas, a quienes me vieron llorar, a quienes logré demostrarles lo importantes que eran.]

Siento como mis pupilas se desatan al caer la noche y con ella la oscuridad [siempre me he sentido más cómoda en lo oscuro] me levanto algo cansada, nunca mirando hacia atrás… aquella silueta había desaparecido así que continué mi camino intentando descubrir cuál era. Al frente una vereda algo húmeda, a mi lado una guitarra y al otro un árbol, nada tenía sentido… tomé la guitarra, saqué una manzana del árbol y me senté en la vereda, levanto la vista y ya el día había recuperado su poder… con luz, aún me sentía perdida. [De alguna manera extrañaba la sombra de mi adverso, él era la razón por la cual andaba, el miedo era mi motivación y ahora no tenía nada…] Despierto entre cenizas, inundada de libros, espejos por doquier y solo un alma, la mía. [Podría fingir que esto es un sueño, podría intentar descubrir el por qué de los libros, podría morir si cierro mis ojos. Qué me mantiene aquí?, si nada por lo cual he luchado perdura, si viajo por lugares inexistentes donde busco algo que no encontraré, me cansé de esperar… estoy cansada. ]

Los espejos que me rodeaban, me llamaban, intentaban mostrar lo que me faltaba de esperanza, querían enseñarme el mundo, gritaban la verdad. Ciega poso mis pies en frente de uno y sólo veía el revés de mis ojos. [Si pudiera retroceder el tiempo, si pudiera haber dicho lo que sentía y no lo que esperaban. Si pensar en mí me hubiera llevado a la cima, si hubiera logrado crecer sin insultos, si hubiera dejado atrás los rastros de aquel error…] Dirijo mi mirada al reflejo de mi cuerpo, se oye una canción de amor, caen flores y mis lagrimas brotaban al ver en mi a mi propio enemigo… aquellas alas nacían de mi nuca, blancas como la nieve e infinitas como el dolor.

sábado, 7 de enero de 2012


Si pudiera medir mi felicidad al ver el arte brillar en tu sonrisa, volarían las orcas y las estrellas serían nuestras enemigas. Tus pasos me llevan al viento, a la cuna del recuerdo tapizado en color.

Sutilmente inviertes aquello que suele estar errado para crear maravillas hechas de sal, la costa abriga nuestro pesar cuando espantamos sentimientos, reírnos de lo absurdo para permanecer en nuestro humo oculto. Hierba mestiza, dueña de estas caricias.

Te vas mientras me enseñas a jugar, miro al revés sin darme cuenta que es una despedida, regreso para mostrar lo que significa la vida cuando sigo muerta. El ejemplo corroe la memoria y con ella mi pesar… Me gusta morir, me gusta sufrir.