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Si tratara de entender el sentido de aquella armoniosa relación entre un cometa y aquella luna perdida entre nieblas amarillas, si tratara tan solo de observarlos analizando cada uno de sus pasos… perdería el sentido.

Se cohíben, se escapan, se aman. A lo lejos percibo un húmedo olor a tierra mojada, aquella que se riega por las lágrimas, aquellas que sólo ella puede detener; preocupación de por medio entre náufragos de colores, que entre pensamientos tiritan al desconocer su paradero.

El cometa recorre agonías, culpas, muertes… buscando su pequeño satélite natural, que ya se tornó marrón al combinarse con aquellos espejismos invadidos. Desde mi tumba de cristal logro detectar ese sentimiento que tanto mal les hace, la distancia es inmortal… Cómo lograr que todo lo que alguna vez estuvo unido vuelva a estarlo?, si me detengo a recordar, puedo ver que eran felices, que entre susurros hacían el amor guiados por la pasión y la emoción de los momentos fortuitos a través de plataformas volátiles.

Ella, ahora alberga una pena indestructible… pero aún permanece en su aro iris, grito desesperada para ahuyentar mariposas negras y así detectar el agrio sonido que proponen chispas derramadas por aquel cometa…

Si tan sólo lograra oírme.