lunes, 13 de septiembre de 2010

Tú.


Las diferencias marcan cometas de ternura, tus ojos invaden mi alma al sólo percibirlos dejando huellas en húmedas montañas de caricias. No hay limites materiales, no hay distancias capaces de alejar eso que nos mantiene de esta forma, tan única, tan especial.

Sueles señalar aquello que no es correcto, indicándome el camino hacia mi propio bien, deja eso!, no hace falta si tu estás en él.

Sonrisas en el viento, cigarros desvanecidos por un No rotundo, palabras elevadas, ilusiones saciadas de paz. Cuán grande has de ser sin mi?, cuán despreciable serías sin un nosotros?, dichosas aquellas manos que han podido acariciar tu rostro, tu piel, pero más dichosas aquellas bocas que llenan tu espíritu de ansiedad por el fututo…

Sueñas algún día alcanzar tu estrella, yo por permanecer en la mía. Hazme a un lado me dices, para sólo compartir tragos amargos de tempestad. Truenos heroicos resuenan en nuestras cabezas al pensar en aquellos, nos miramos…. Sonreímos.

Sigamos la senda que el mar nos impartió, aquella nube rosa que brilla en la cordillera nos espera para prometer cosas mejores, esas que no quieres aceptar. Confía, no decaigas. No te fallaré.

Suelos turbios, almohadas impregnadas de lagrimas, recuerdos inexistentes de un provenir fastidioso. Café, músculos poderosos y aires de pureza nos hacen dos.

Te quiero.

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