Esta, es una de esas noches en que desearía no haber existido. Sueño con algún día despertar y ver ante mí a aquella luz que iluminaba cada mañana, sueño y creo para luego caer en un pedazo de realidad que me muestra una oscuridad indestructible.
Las sombras de la noche llegan a mi sin siquiera dudar en el intento, toman mi corazón y lo aprietan entre la niebla y espasmos de nicotina. Veo sus ojos llenos de locura, sus risas maquiavélicas disfrutar el desangrado de aquel, que aun me mantiene aquí.
Suelo imaginar eso, que tanto deseo, suelo creer en que el porvenir siempre será mejor, y que de esas malas experiencias sí se aprende, pero una vez más estoy equivocada, mi mente es tan testaruda que ni en los pesares más lejanos calmara su ansiedad por las esperanzas.
Estoy ajena a todo lo que me rodea, me perturban mis manos y mis ojos derraman cristales que pronto serán río. Sonidos caóticos estremecen mi sien, aun cuando permanezco sorda. Tiendo mis virtudes en son de la paz, para ser pisoteadas por mi reflejo, intentos fallidos ocultan mis labios al pronunciar fonemas y destrucción es mi alma, que en fuego azul se quema.
Y todo siempre mezclándose.
ResponderEliminarLeí.. y
Me enviaste por un túnel y encontré tierna salida.
:) Abrazo.
Fa.